La dulce lengua valenciana
Un amigo mío dice que la educación es un progresivo descubrimiento de la propia ignorancia y una máxima popular afirma que “solamente se estima aquello que se conoce”.
Mucho se habla en los últimos años de que la lengua valenciana y la catalana son la misma lengua, y hasta algunos más atrevidos llegan a insinuar que la valenciana es un dialecto de la catalana. Para ello, basan sus argumentos en el hecho de la repoblación cristiana a la llegada de Jaime I a Valencia en el siglo XIII y la consiguiente expulsión total de la población musulmana y posterior repoblación con aragoneses y catalanes. Pues bien, esta nueva hipótesis que comienza a urdirse el siglo pasado, carece de rigor científico y es fácilmente rebatible al no fundamentarse en documentos históricos.
Comenzaremos por decir que anteriormente a la llegada de Jaime I, ya se hablaba en territorio valenciano además del árabe un “romanç valencia”, como explica Gómez Bayarri en su artículo “Consideraciones del proceso histórico de la lengua valenciana hasta Jaime I”, así como otros muchos historiadores y arabistas que apuntan que esta lengua “no sólo era hablada por los mozárabes sino también por los valenciano-musulmanes, contribuyendo entre todos a la descomposición del latín clásico y la formación de nuestro romance vernáculo”. Confirman la existencia de esta “parla romanç” diversos glosarios de léxico medieval y las jarchas, poemas árabes de los siglos X y XI en donde se puede observar la similitud del léxico con el valenciano actual.
Algunos estudiosos del tema señalan que la lengua hablada actualmente en tierras valencianas es una consecuencia de la repoblación catalana del siglo XIII, tesis desmontada por los excelentes historiadores e investigadores los profesores Julián Ribera y Tarragó, Antonio Ubieto Arteta, Mª. D. Cabanes Pecourt, Leopoldo Peñarroja, etc., basados en los estudios del Libre del Repartiment del Regne de Valencia y en los Libres de Avehinaments y en el análisis de las cartas de repoblación, fundamentalmente de los siglos XIII y XIV. Del análisis de estos documentos se extrae que el porcentaje de repobladores catalanes asentados no fue ni por asomo determinante para cambiar la substantividad valenciana. En la ciudad de Valencia, por ejemplo, los originarios de Cataluña no supusieron un porcentaje determinante ni superó a los aragoneses. También se asentaron navarros, ultrapirenaicos, castellanos, etc.
Además, debemos tener en consideración, que el rey Jaime I no procedió a expulsar a todos los valenciano-musulmanes y que se les ofreció quedarse si se convertían al cristianismo y así lo hicieron un gran número de ellos. De hecho, cuatro siglos más tarde, cuando se produce la expulsión de los moriscos en 1609, más de un tercio de población asentado en territorio valenciano era mudéjar. Durante los siglos bajomedievales, los monarcas del Reino de Valencia distaron disposiciones forales relativas a la convivencia entre las tres confesiones religiosas existentes: cristianos, musulmanes y judíos.
Está demostrado que con anterioridad a la reconquista cristiana ya existía un romance sustrato del actual valenciano, y que los repobladores venidos de Cataluña supusieron un porcentaje demasiado pequeño como para imponer su lengua.
Es interesante destacar la evolución de la lengua valenciana, que alcanza su mayor esplendor con su Siglo de Oro de las Letras Valencianas (S.XIV-S.XV). Es la primera lengua neolatina en alcanzar esta dignidad, incluso con anterioridad al castellano y al italiano. Una pléyade de escritores de esa época eran valencianos y escribían en Lengua Valenciana: Ausias March, Jordi de San Jordi, Roiç de Corella, Sor Isabel de Villena, Jaume Roig o Joanot Martorell entre otros, este último como todos sabemos escribió el Tirant lo Blanch del que Miguel de Cervantes en la obra el Quijote decía que era “la mejor novela del mundo”. Este esplendor convierte a Valencia en el S.XVI en el referente cultural y económico de la Corona de Aragón, así como del resto de España e incluso Europa.
Hasta el siglo pasado, no se había dudado de la singularidad e independencia de la Lengua Valencia y de su cultura respecto a las de otras Comunidades de España. Así que resulta curioso en la actualidad, ver cómo en las últimas décadas se persigue la sumisión de ésta a la de Cataluña, cuya modalidad lingüística no empieza a tener relevancia literaria hasta el siglo XIX.
A partir de los años 60, con la aparición de figuras como Sanchís Guarner o Joan Fuster, se hace creer que lo que hasta entonces y durante VIII siglos había sido aceptado por todos era un error o no había sucedido. En los años 90 los intereses de algunos políticos obligaron a eliminar en la Universidad de Valencia la carrera de Filología Valenciana para sustituirla por la de Filología Catalana y aunque actualmente los libros de texto omitan información histórica y literaria valencianas claves para el entendimiento de nuestra identidad, es importante apuntar que entidades centenarias como la Real Academia de Cultura Valenciana o Lo Rat Penat velan todavía por nuestra cultura y lengua, tratando de protegerlas y ponerlas en valor como se merecen, basándose en investigaciones y sacando a la luz documentos históricos y literarios.
Blanca Aznar Martínez
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